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Arponera / octubre 2015
Bruja segunda: Por el picor que hay
en mis dedos sé que la infamia
se aproxima. A quien quiera que sea,
abridle los cerrojos.
Macbeth: ¿Y ahora qué, secretas y
oscuras brujas de la noche?
¿Qué es lo que estáis haciendo?.
Todas: Una cosa sin nombre.
Macbeth: Yo os conjuro por lo que
profesáis (venga de donde venga su
saber), dadme respuesta: aunque
desatéis los vientos para que se
estrellen contra los templos, aunque
las olas encrespadas confundan y se
traguen todo cuanto navega; aunque
el grano aun verde sea abatido y el
viento arranque árboles; aunque los
castillos se derrumben sobre las
cabezas de quienes los guardan y los
palacios y pirámides inclinen su frente
en los cimientos; aunque se mezclen
los gérmenes preciados de la
naturaleza hasta que fuera náusea la
destrucción; dadme respuesta para
lo que pregunto.
Bruja primera: Habla.
Bruja segunda: Di lo que quieres.
Bruja tercera: Hemos de responder.
Bruja primera: Dinos ¿quieres saberlo por nuestra propia boca
o por la boca de nuestros superiores?.
Macbeth: Dejadme que los vea: llamadlos.
Aparición Primera: ¡Macbeth, Macbeth, Macbeth!
Aparición Segunda: Sé decidido, sanguinario, valiente:
podrás tomar a risa el poder de los hombres porque
nadie nacido de mujer a Macbeth podrá vencer.
Aparición Tercera: Ten el orgullo y el temple del león
y olvídate de quien conspira, o se agita o se queja.
Macbeth no podrá ser vencido hasta el día que el gran
bosque de Birnam por la alta colina de Dunsinane
no avance contra él.
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